martes, 9 de octubre de 2007

Y las otras veces, también sucede


Suele ocurrir. Te preguntan, te preguntas, qué fue, cómo ocurrió, por qué, cuándo supiste que estabas enamorada y no sabes bien qué contestar. Yo creo que es algo que pasa de repente y que unas veces lo sabes nada más ocurre; otras, sólo eres consciente con el tiempo, cuando alguna tontería te hace caer en ello y te sorprende no haberte dado cuenta antes.

Ahora mismo me autoexploro pensando en cómo te das cuenta de que ya no estás enamorada. ¿Qué se pierde antes, la confianza o el deseo? ¿el respeto o la complicidad?. Y la respuesta, seguramente, es también que simplemente ocurre, y que no será bueno darle vueltas, que igual que aceptaste lo uno, has de aceptar lo otro.

No te han estafado, nadie te ha quitado un trozo de vida... disfrútalo mientras lo tengas y agradece haberlo vivido si lo has vivido de verdad. Y sigue viviendo de verdad, porque tú lo vales. La vida mata, pero es sólo el menor de sus efectos colaterales...

4 comentarios:

PepeDante dijo...

Deberían venderlo en farmacias y nunca de manera individual. A mí eso de que pasa de repente ya me tiene un poco escéptico ¡Que legalicen su venta ya!

servidora dijo...

(Pues si no ocurriera de repente y te lo pudieras pensar... es muy posible que nos lo perdiéramos, por dejadez, por comodidad o por desconocimiento :-) )

¿Has probado a cultivarlo en el garaje, con luces muy fuertes? ;-)

Iván dijo...

El desamor es tan necesario como el amor. A veces que recuperar el egoísmo. Estar bajo el corazón de otra persona agota el propio.
Amor en píldoras... Yo tengo una historia con ese tema. Y, tras reflexionar, llegué a la conclusión de que no era lo más adecuado. Prefiero la incertidumbre.

servidora dijo...

La incertidumbre, lo desconocido, no saber que es lo que va a aparecer por la esquina por muy apalancados que creamos que estamos. La sorpresa suele ser agradable. Los efectos secundarios, a veces, no tanto.

Y yo tampoco creo en las píldoras. Más bien en las piscinas y, a ser posible, en tirarse de cabeza. Aunque luego me cuesta un montón salir del agua :-)