jueves, 22 de junio de 2006

Carta a un amigo ausente



¡Hola, Ernest!

Chico, cuantísimo tiempo. Por cierto que el otro día me encontré con tus padres y tu hermano por la calle, aunque con lo bruta que soy (oye, y lenta de reflejos, todo hay que decirlo) no sé yo si tu madre se habrá recuperado del todo del susto que le di. ¿Qué quieres, meu?... ya sabes que soy así de silvestre, veo pasar a la gente y les pego un grito para que no se me despisten. Me dijeron que estaban emocionados por haber visto lo del premio en los periódicos, que habían recortado todas las referencias :-)

Pero yo te escribía para comentarte si sabías lo de Alba. Ya ves tú, qué putada ¿no? ¡Y yo me reía y llamaba al servicio de transporte adaptado de Castellón la "furgoneta del reparto"!. Bueno, pues parece lo de la fábula del sabio ese que "tan pobre y mísero estaba...": aquí estamos mal con lo del transporte adaptado, pero parece que estudiar en Madrid está todavía peor. Y no lo entiendo, seguro que en Madrid podrían montar algo similar, a poco que las Universidades organizaran el tema... ¿Cuánto puede costar el tener ese tipo de transporte? Aunque cobraran algo a los usuarios. En cada inicio de curso se me juntan las 4 ó 5 universidades, miran cuántos alumnos necesitarían un transporte especial, se hacen itinerarios y ¡a rodar! (y, además, de "rodar" vosotros sabéis un poco...). En fin, supongo que es lo de siempre, que falta que quien pueda organizarlo caiga del guindo y le eche un poco de buena voluntad.

Aquí, ya lo sabrás, al fin han puesto la puerta automática también en el acceso que da hacia el departamento. Va un poco lenta, en mi opinión ¡cómo que el primer día casi me la trago saliendo! :-D Pero ya me dirás tú si les cuesta, ¡eh!. Un año cambiaron la principal, al siguiente me han puesto esta... calculo que en par de años, cambiarán alguna de las entradas al departamento para que no haya que "torearlas" como tenías que torearlas tú... Sí, tontíkola te estoy llamando "torero", pero es por lo de "diestro" ;-), no por lo de "mataor" :-P

Oye, que por aquí se te echa de menos, que lo sepas. Un besote y hasta siempre,

servidora.



Ernest Breva Mallach falleció en Enero del año pasado. Era estudiante de quinto de Ingeniería Informática en la Universidad Jaume I y sufría una distrofía muscular degenerativa similar, supongo, a la de Alba Gañán, esa chica de Madrid con matrícula de honor en el bachillerato que quiere estudiar Filología Árabe en la Universidad Complutense de Madrid. Lo malo es que ella vive en San Fernando de Henares, a 17 kilómetros... el tren de cercanías no tiene las unidades adaptadas, no todos los autobuses están adaptados y, en metro, tiene 15 centímetros de separación entre el vagón y el andén. Y si va en taxi tendrá que pagar unos 1600 euros al mes.

Las becas de transporte no tienen en cuenta que quien las solicite pueda tener necesidades especiales de transporte. La descripción de su problema la tenéis en el enlace asociado a la frase "Ya ves tú, qué putada ¿no?"; como es de pago, no tengo claro si podréis leerlo. Pero una cosa es la descripción, y otra la solución. La solución sí puede estar en tus manos.

No son transparentes, chaval. Los que necesitan una silla de ruedas no son transparentes, no hagas como que no los ves. No aparques en los rebajes, no jodas las plazas de minusválido. No digas que es problema de la administración y que ella debe resolverlo, no seas tan jodidamente egoísta.


Ernest murió porque su enfermedad acabó afectando también a la musculatura que permite que respiremos. Ya ves: es que es una distrofia muscular degenerativa. Afecta a todos los músculos claro, no sólo a los de las piernas. Alba no es tonta, igual que no lo era Ernest. ¿Creéis de verdad que no sabe cuál es su futuro? Pero tiene ilusiones... a pesar de saber cosas que ni tú ni yo queremos imaginar, de pasarlo mal y de saber qué le va a pasar en unos años y ser tan asquerosmente consciente de ello. Si, además, por egoísmo nuestro o por pasotismo se queda sin una de las cosas que le pueden ayudar a hacer volar su imaginación... ¿qué le puede quedar?

Los premios Ernest Breva fue la única cosa que se nos ocurrió para decirle a Ernest muchas cosas... pero yo creo que sobre todo era ¡gracias!. De vez en cuando la vida pone a tu lado a alguien como Ernest o como Alba, y vuelves a creer en el género humano...

3 comentarios:

Castellón Opina dijo...

Hola Servidora,

He leído tu relato sobre tu amigo, Ernest Breva y me ha parecido conmovedor a la par que muy sincero oportuno y conveniente.

Estamos en una sociedad que practica el deporte de mirar pa un lado, como que con el no va la cosa, te lo cuento por experiencia propia.

No tengo mas palabras para describir la sensación que he tenido de impotencia al leer todo el relato, sobre todo que ya no está con vosotros Ernest.

Por desgracia, y aunque he estado subiendo a mi esposa a la UJI, para estudiar o asistir a la biblioteca, nunca me encontré con él, me hubiese encantado poder ver a la persona que tan bien describes.

Ahora, lo que si puedo hacer, es colaborarte en enviar alguna carta preparada tipo, a cuantas direcciones me digas, de esta forma podremos saturar las conciencias bien pagadas de políticos, y rectores de la universidad, a los efectos de conseguirle el transporte adecuado a Alba Gañán.

la Mirada D MartínSierra

Bridget dijo...

Yo conocí a un chico que hizo la prestación social sustituta a la mili-inutil y ese era su trabajo, hacer la "ruta de las ruedas" y llevarlos al colegio. Puede que con la desaparición del servicio social sustitutorio haya quedado un vacío en ese tipo de cosas. Claro, es que para construir un aeropuerto en Castellón que nadie quiere, sí hay dinero e iniciativa pero para las cosas realmente importantes no hay iniciativa...

servidora dijo...

Hola MartínSierra y gracias por tu aportación... a ver si hacemos algo, sí; por de pronto, antes queremos ponernos en contacto con la complutense para preguntar cómo está el tema. En cualquier caso denunciar este tipo de casos nunca está de más, tendemos a tener memoria de pez. Ya os diré qué va pasando...

Bridget, corazón, por una vez (y sin que sirva de precedente ;-) la diputación de Castellón sí lo hace medio bien, aquí si hay un vehículo de transporte adaptado. Lo que pasa es que yo le llamaba la "furgoneta de reparto" por una especie de letanía repetitiva: Ernest tenía más tiempo para hacer el examen... más o menos lo que teníamos pactado es que si el examen acababa a la una, él seguía hasta las tres que en teoría era su "hora tope" porque era la hora en que venía el transporte a recogerle. El muy puñetero siempre me hacía la misma jugada: apuraba el tiempo hasta el final y como soy tan agobiosa siempre me lo dejaba en el despacho con Luis mientras él iba acabando, por si venía el transporte que no lo dejara en tierra... Total que yo salía siempre disparada a eso de las 3 menos dos minutejos a la parada de la escuela... y él aparecía sobre las 3 y cuarto con carita socarrona "¿Qué, aún no han llegado, verdad?". Lo malo es que a veces esperaba hasta la 4 o más... De noche, ni te quiero contar :-/ Yo le decía que me acordaba de cuando era pequeña y en mi barrio no había panaderías y nuestras madres nos tenían en la calle a mediodía a "cazar" a la furgoneta del reparto del pan, que nunca se sabía cuando iba a llegar...

En fin, a ver si conseguimos un transporte para Alba :-)