viernes, 3 de febrero de 2006

Pensamiento perturbador

Se supone que parte del noble arte de "hacerte mayor" consiste en aprender a convivir y a relacionarte con los demás.

Y, sin embargo, lo que noto al "hacerme mayor" es que, enfrentada a otra persona, soy consciente al 100% de lo que puedo decir para herirla; cuando quiero ayudarla, titubeo.

Convivir ¿contra quién..?

3 comentarios:

Mars Attacks dijo...

Me has recordado al "¿Contra quién tienes clase hoy?".
En fin, parece ley natural, es más fácil destruir que crear. Yo lo que suelo hacer cuando pienso en ayudar a alguien es proporcionarle un escrito legal (de unas 104 páginas) que tiene que firmar por el cual me exime de todo posible daño causado en el intento. Así ya no tengo reparos.

servidora dijo...

¿y por qué es más fácil destruir que crear? Eso es lo que me "perturba" precisamente; parece que los seres humanos y el concepto "armonía" estamos mosqueados.

Vamos, que el insulto, la herida y el escarnio nos salen de natural saleroso. Y el ser capaces de ponernos en el sitio de otro para entender qué diantres puede necesitar... pues eso ¿por qué necesitas un legajo de 104 páginas, meu?

Así nos va, supongo... :-/

Mars Attacks dijo...

También es cosa del segundo principio de la termodinámica, y la entropía y el caos y todas esas cosas malas ;)

En fin, si quieres uno de mis "ejercicios básicos del buen rollo", elige una persona al azar y díle (o piensa) diez cualidades buenas suyas (bueno, para empezar, con tres basta). Prueba con varias personas y verás como se desoxida la parte del "pensar bien".

Lo del legajo de 104 páginas es porque luego todos van diciendo que la culpa es mía, así que... me curo en salud =P

Por cierto, todo esto que te estoy diciendo puedes aplicarlo bajo tu propia responsabilidad y blablabla, y a mí me exoneras de todos los posibles marrones.
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